Ciudad del Vaticano, 7 de mayo de 2025.– A partir de este miércoles, las imponentes puertas de la Capilla Sixtina se cerrarán para dar inicio al cónclave, el proceso reservado y altamente simbólico mediante el cual se elegirá al nuevo Papa, tras el fallecimiento de Francisco el mes pasado a los 88 años.
Serán 133 cardenales de todos los continentes quienes, bajo los frescos de Miguel Ángel, deliberarán y votarán en secreto hasta alcanzar una decisión por mayoría de dos tercios. Cada jornada podrá incluir hasta cuatro rondas de votación, con la señal clásica: humo negro si no hay consenso; blanco si hay nuevo Pontífice.
“Es política pura, con puñaladas por la espalda, sacrificando a personas y presentando candidatos falsos”, afirma Jason Horowitz, jefe de la oficina de Roma del New York Times, quien ha cubierto los cónclaves de 2005 y 2013. “Todo el drama que rodea a este proceso es fascinante”.
El cónclave más corto ha durado apenas unas horas; el más largo, casi tres años en el siglo XIII. Esta vez, se espera una elección ágil, pero las sorpresas no están descartadas. Un “caballo negro”, es decir, un candidato inesperado, podría emerger entre los favoritos.
El New York Times y otros medios internacionales se mantienen en alerta máxima para anunciar en cuanto el humo blanco asome sobre el Vaticano. “Intentamos estar preparados, pero siempre puede surgir lo inesperado”, admite Horowitz.
¿Y cómo se filtra información desde un proceso hermético como este? Esa es otra historia… pero incluso detrás de muros milenarios, siempre hay voces que susurran.